lunes, 29 de septiembre de 2008

Por qué hay tan poco blog entre los Eurodiputados españoles

La semana pasada se votó el paquete sobre telecomunicaciones en el Parlamento Europeo. Entre otras cosas, se habló de los blogs, derechos de los bloggers y demás, cosa de la que el firmante tampoco tiene mucha idea porque es bastante nuevo en esto.

No obstante, con la idea de que este blog sirva para algo, se me ocurrió abrir la sección "Sintonizar eurodiputados" para que se pudiese acceder a los blogs de los Diputados y Diputadas al Parlamento europeo que componen la Delegación española. Total, 54.

Vidal Quadras, uno de los primeros y más ilustres blogueros, aunque últimamente lo tiene algo dejado

Los alemanes tienen blog y página web TODOS Y CADA UNO DE ELLOS. Como está mandado, sí señor. Los españoles, evidentemente no. La cosa es que yo era más pesimista pero mi sorpresa es que también los hay bastantes con sitio web. Estoy aún haciendo una lista exhaustiva, pero no me esperaba que hubiese tantos. Cuatro o cinco mantienen lo que se dice un blog activo: destaca Carlos Carnero, pero tiene tantas etiquetas que da una sensación un poco abigarrada. También me pareció presentable la de David Hammerstein. Otros tienen más bien una página web, y aquí los mas pulcros son Esther Herranz e Ignacio Salafranca, del PPE, pero el hecho de tener intros tan cuquis (Salafranca espectacular) es un esfuerzo extra para el navegante.

Carlos Carnero, hiperactivo en la web

¿Por qué esperaba menos presencia en internet de los Eurodiputados españoles? En primer lugar, está el inveterado retraso español en lo referente a nuevas tecnologías, etc etc, agravado por el bache generacional de los propios Miembros de la Cámara. Más allá de esto, yo añadiría la presencia de los políticos de una manera bastante extensa en los medios de comunicación "tradicionales", esto es, prensa, televisión y sobre todo la radio, que en España tiene una difusión que creo que no es el caso en otros países. Además los Eurodiputados son políticos que están en Europa porque se les considera "de segunda fila". Una segunda fila muy bien pagada, de acuerdo. Y que es un error, pero es lo que hay. Y por último que en España hay un sistema de listas cerradas y bloqueadas que da gran poder a la cúpula del partido de turno, por lo que el Diputado mira más su imagen ante su sede que su imagen ante sus votantes directos. Ese es el sistema.

Concluimos que estar en la web no es una prioridad para el Eurodiputado español, no nos engañemos.

Pero aún así, lo que hay que preguntarse es ¿le conviene a un Diputado o Diputada tener blog o página web? La respuesta es que NO le conviene, mientras que no la tenga el jefe. Y más aún: si el patrón tiene web, tampoco es conveniente que la tenga el marinero. Nacional o regional, poco importa, hablamos del jefe que tengan por encima. La razón es que el eurodiputado bloguero se convierte en clavo que sobresale, y en política al clavo que sobresale todo el mundo sabe que hay que darle un martillazo.

Para validar esta teoría, debemos predecir que tendrán blog o sitio web:

a) Los Eurodiputados de partidos pequeños, dado que a éstos les interesa obtener visibilidad (y fondos) y para ello el Eurodiputado es clave.
b) Los Eurodiputados que se dedican a un tema muy específico en su grupo y que publicándolo en la red no van a hacer sombra a nadie por encima.
c) Los Eurodiputados que tienen la suficiente fuerza en su región y que se han ganado la confianza de sus superiores, y/o el prestigio en la casa, como para poder hacerse una web sin por ello dar miedo al de arriba, o que precisamente no le tienen miedo al de arriba.
d) Los que vienen ya de por sí del mundo de la comunicación.

e) Los olvidados y/o desterrados, que no tienen que preocuparse por el qué dirán y se hacen su buena web sin miedo.
f) Los que habían cometido la excentricidad de tener su propio blog/web con anterioridad a su carrera.

Efectivamente, la cosa se cumple salvo el requisito F) de los que no hay ninguno (pero se me ocurre en España la Ministra Bibiana Aído, por ejemplo). Y yendo Diputado por Diputado, vemos que quienes no cumplen alguno de estos requisitos, ni tienen blog ni tienen web. Curioso. La simple elección racional disuade al Eurodiputado español de estar en la red.

La pregunta que me queda es qué pasa con los peces gordos, como Mayor Oreja, Borrell o Enrique Barón, que no tienen ni web ni blog ni nada. Quizá son ellos mismo quienes generan "la sombra". ¿O también se abstienen por el miedo a sobresalir de más? A saber.

¡Ah! Otra cosa: Es intención de este blog ser fuente de documentación. Por eso, están todos los Diputados y Diputadas al Parlamento Europeo, con su respectivo Grupo político, ordenados alfabéticamente y sin discriminación. Cada cual que consulte al que quiera.

Es posible que se me haya escapado alguno, por lo que los avisos y sugerencias serán más que bienvenidos.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Vivir en Bruselas: El Logis de Boitsfort

J'adore mon quartier. Le Logis, situé à Boitsfort, ensemble avec Floréal, deux quartiers charmants au Sud de Bruxelles où on habite dans des maisons faites à la mesure humaine. Modestes, mais avec le goût de l'authéntique. Là on vit la différence entre les quatre saisons de l'année.

Cuatro años en Bruselas dan para mucho, entre otras cosas para buscar una casa donde te sientas bien. Trabajar en esta ciudad es como hacerlo en un submarino: el tiempo es tan malo, que prácticamente da igual el que haga, invierno o verano, y además el ritmo siempre es el mismo. Aquí no vale que es la feria de tal, que hay procesiones, sanfermines o fallas. Ni tampoco que es verano o que hace frío. Nada cambia dentro de los edificios, así que por lo menos hay que buscarse algo más o menos natural, y eso tuvimos la suerte de encontrar en el Logis de Boitsfort.

El Logis y Floréal son dos complejos residenciales construidos en la época de entreguerras por la Société Générale, ahora parte de Suez (quebró, como tantas joyas de la corona belga) para que en ellos vivieran sus obreros. Para ello contaron con arquitectos que en aquella época, años 20-30, desarrollaban el concepto de ciudad-jardín, herederos de los socialistas utópicos como Blanqui y compañía. Un pueblo rural donde el espacio estuviera a la medida del ser humano, con mucha naturaleza y barato. Total, la pesadilla de los constructores españoles.

Así les salió una barriada encantadora, situada al Sur de Bruselas, muy cerca del bosque y en una loma donde hay que decir que todas las casitas tienen su solecito. Las viviendas son la mar de modestas, pequeñas de dimensiones y sin grandes comodidades, pero tienen el encanto de lo auténtico. Los vecinos son muy agradables, porque no son belgas pijos sino trabajadores normalillos (¡aún son viviendas sociales y la gente vive de alquiler!) e incluso por la calle la gente se da los buenos días. Y para el día a día, las líneas de autobús han mejorado, total que llegas al centro en un plisplás. Dicen que antes esto era un pueblo aislado...

Historias hay muchísimas, como que durante la Guerra Mundial la gente usó los jardines como huertos (aún perviven las bombas manuales para extraer agua de lluvia de las cisternas que la almacenan), o que hay quien sostiene que los arquitectos eran masones por ciertos elementos crípticos, y cada dos años cada vecino cede voluntariamente su jardín a un artista para que exponga, convirtiendo al barrio en una galería de arte donde el continente vale lo que el contenido. Pero lo mejor es pasearse un día de sol y simplemente descubrirlo.

Los rincones no tienen precio, merece la pena perderse. Y sobre todo, parece que no es Bruselas. Y se puede diferenciar entre el estallido de flores de la primavera, las excursiones y el aire libre en verano, el dorado del otoño y la melancolía del invierno. Puede uno hasta ponerse poeta y todo. ¡En Bruselas, como lo oyen!




Una filita de casas como otra cualquiera

La Plaza del Logis. Aparece en las guías de turismo pero es difícil llegar


Con ustedes, un cerezo del japón. Hileras enteras cubren el barrio

Aquí te puedes echar tus pachangas tranquilamente



Place de l'Octogone, escondidísima.


Pasillos interminables para perderse entre los jardines


Reflejos imposibles en ventanas de cristal-reliquia

También hicieron algún que otro edificio alto...
No me negarán que la torre tiene su punto retro, que parece de Gotham city.

Y con esto y un bizcocho... Por cierto, la diferencia entre el Logis y Floréal es que el primero tiene ventanas verdes y el segundo, amarillas. Es un trecho el recorrerlos, pero merece la pena, sobre todo en abril cuando los cerezos del japón que bordean las calles están cuajados de flores y parecen helados de fresa gigantes.

PD: Ese sol radiante es... ¡del 27 de septiembre! Incroyable.

Discurso para la Historia en Murcia

El Profesor Lozano Teruel dio ayer la lección magistral de apertura del curso académico en la Universidad de Murcia. En la universidad de pueblo que tenemos, hay algunos profesores que son conocidos, como decía Landrove, más allá de Molina de Segura. Como Jarauta, Lozano Teruel tiene proyección global y a esto le sumamos tantos años de trabajo por el conocimiento en la Región. El discurso suena a despedida y también a testamento, por lo que no tiene desperdicio.

Cuando estudié fuera de Murcia me pregunté lo siguiente: si en internet tienes toda la información, ¿qué diferencia hay entre estudiar ADE en Murcia o hacer un MBA en el London School of Economics? Pues eso. Que no hay color. El profesor Lozano Teruel zarandea al personal y dice las cosas claras. Tanto proceso de Bolonia, tanto Erasmus y tanto Espacio Europeo de Investigación, y al final lo que hay que hacer es quitar las telarañas de la cabeza de la gente, empezando por los alumnos, abrir las ventanas y tener altura de miras. La Universidad debería ser la puerta del Conocimiento con mayúsculas, y en realidad es un dispensario de apuntes y de chupes para quien se queda dentro.

El documento es histórico. Dice el periódico que el profesor fue ovacionado al terminar. No es de extrañar. Terminando de leerlo a mí se me hizo cierto nudillo en el estómago.

Como es larguillo, mejor descargarlo. Pasen y lean:

viernes, 26 de septiembre de 2008

Las lenguas de Bruselas

Por algo hay que empezar. Queda inaugurado este blog. Podríamos hablar del tiempo de Bruselas, que es lo peor del mundo, pero esta semana se ha hablado de lenguas y parece que es lo que toca.

Esta Comisión europea que tenemos se está tomando el tema de las lenguas en serio. No por nada, sino porque ya son 27 Estados en el club, y porque resulta que son nada menos que 27 los Comisarios y Comisarias a los que hay que dar faena según el Tratado de Niza (que nos guste o no, es el que está en vigor ahora, vistos los tropiezos de la Constitución y del Tratado de Lisboa). Hay, pues, demasiada gente para poco trabajo, y algo había que encargarles a los nuevos: el comisario rumano, Leonard Orban, llegó a la fiesta a los postres y le ha tocado la cartera de multilingüismo. Como el niño que acompaña a papá al trabajo y le das papel y lápiz para que no incordie. Evidentemente, un Comisario no puede permitirse volverse a casa sin haber parido algo durante su mandato, y en ello estamos. Celebrando que, a pesar de las tropecientas lenguas, del ejército de traductores e intérpretes y de que al final todo el mundo habla en inglés, podemos entendernos. O no. Han colgado en el Berlaymont un cartelón con un scrabble con los idiomas oficiales en la casa, y creo que se celebra algo del Día Europeo o no sé qué, y el Eurodiputado que hay de Eusko Alkartasuna acaba de aprovechar para quejarse y ver si puede liar más la cosa.

Esto es lo que en ciencia política se llama "path dependency", es decir, que las decisiones que tomaste en un momento dado y en unas circunstancias dadas te condicionan para los restos, para bien o para mal. Cuando San Schuman (lo celebramos el 9 de mayo) juntó a los amiguetes para crear la CECA, hablaban cuatro idiomas: francés, muy fino; alemán, socio ex-aequo hasta hace poco; italiano, imprescindible porque los italianos no estaban para pedirles muchos idiomas, y neerlandés, que aunque no hacía falta, no vas a dejarlo fuera. Así los lavabos del demolido edificio de la Rue de la Joyeuse Entrée (al ladito del cogollo) tenían los carteles en cuatro idiomas. El inglés, por cierto, ni estaba ni se le esperaba. Al mismo tiempo, se había creado el Consejo de Europa, donde de primeras entraba todo cristo viviente y por supuesto las lenguas se limitaron al inglés y al francés, y así sigue. Mientras tanto, la Comunidad Económica Europea nació y creció en bondad, sabiduría y gente, y conforme entraban nuevos Estados Miembros, pues había que ampliar la lista de lenguas, la nómina del personal traductor-intérprete y los derechos sindicales de tan ilustre cuerpo.

Así, llegamos a los años 90 con un chorro de idiomas: diez. Los irlandeses, prácticos y modosos ellos como siempre han sido, declinan que el irlandés-gaélico sea idioma oficial, lo cual todo el mundo agradece. Una boca menos que alimentar. El protocolo no escrito bruselense es curioso: En la calle se habla francés, y con el personal de mantenimiento, los camareros de las cafeterías, los seguratas, etc. se habla francés también. Idem con los compañeros de pasillo. Pero cuando nos sentamos a una reunión, la reunión se hace en inglés. A veces en francés también. Los documentos son en inglés, francés y alemán, lenguas de trabajo, y a veces te encuentras un documento en alemán y te quedas un poco a cuadros, salvo unidades muy germanizadas. Los funcionarios franceses son mal mirados por su Gobierno si no usan el francés. La grandeur. El español y el italiano también se usan en prensa. En el Parlamento Europeo y demás, el equipo mínimo de intérpretes es inglés-francés-alemán. Okey.

Claro que llega 2004 y se apuntan diez nuevos Estados Miembros, cada uno de su padre y de su madre y con idiomas la mar de raros que sólo hablan ellos mismos: polaco, esloveno (¿existía eso?), checo y eslovaco (¿ah pero eran diferentes?), húngaro (Dios mío), estonio, letonio, lituano, Chipre nos ahorra el turco porque los turcochipriotas quedan de momento fuera... y ¡maltés!

Los irlandeses se quedan con cara de tontos y piensan: "Vamos a ver, nosotros, por no dar problemas, como ya tenemos inglés pasamos de dar la lata con el irlandés, ¿y ahora vienen estos que son menos de medio millón y además hablan todos inglés, y nos meten ese idioma?". Comprensible el cabreo. Además, entre catalanes, valencianos y baleares hay son como diez veces más, y en Europa no se habla ni catalán, ni valenciano, ni res de res. Eso sí, el Eurodiputado gallego en la legislatura anterior hablaba en portugués para no usar castellano. Cosa que también tiene su aquél, no crean. Como Franco hacía con Salazar pero a la inversa...

A todo esto, mientras tanto los idiomas procrean como los gremlins y también tenemos rumano y búlgaro, lo que hace que nos juntemos ya con tres alfabetos. Los teclados multilingües del infocentre del Parlamento Europeo van a tres signos por tecla, sin contar eñes y similares engendros vernáculos. El protocolo bruselense ha cambiado en cinco años, y ya todos hablamos inglés en todas partes aunque seguimos aprendiendo francés para la vida social. Pero oír francés en una tribuna pública es raro, raro.

Total que en esas tenemos cuando el Eurodiputado vasco se rebota diciendo que "oigan, deberíamos hablar vasco y deberíamos hablar de todo pues". Pos vale. Yo no estoy de acuerdo, porque esto es un lío y no sirve para nada. A veces, las cabinas están llenas y ves intérpretes callados (y cobrando por supuesto) porque nadie de su nacionalidad les escucha. ¿Que el ciudadano tiene derecho? Por supuesto. ¿Que tengamos que llevar la norma al extremo? No me hago a la idea. Y conste que tampoco me gusta la contestación que dio el diario El Mundo, que parece que no se da por aludido con los hechos diferenciales y critica a los nacionalistas por sistema.

Total, que todos estamos de acuerdo en que esto no hay quien lo arregle. Y que además, por mucho que digan los territorios con lenguas cooficiales, aunque no forniquemos todos, nadie va a tirar a la fulana al río.