viernes, 26 de septiembre de 2008

Las lenguas de Bruselas

Por algo hay que empezar. Queda inaugurado este blog. Podríamos hablar del tiempo de Bruselas, que es lo peor del mundo, pero esta semana se ha hablado de lenguas y parece que es lo que toca.

Esta Comisión europea que tenemos se está tomando el tema de las lenguas en serio. No por nada, sino porque ya son 27 Estados en el club, y porque resulta que son nada menos que 27 los Comisarios y Comisarias a los que hay que dar faena según el Tratado de Niza (que nos guste o no, es el que está en vigor ahora, vistos los tropiezos de la Constitución y del Tratado de Lisboa). Hay, pues, demasiada gente para poco trabajo, y algo había que encargarles a los nuevos: el comisario rumano, Leonard Orban, llegó a la fiesta a los postres y le ha tocado la cartera de multilingüismo. Como el niño que acompaña a papá al trabajo y le das papel y lápiz para que no incordie. Evidentemente, un Comisario no puede permitirse volverse a casa sin haber parido algo durante su mandato, y en ello estamos. Celebrando que, a pesar de las tropecientas lenguas, del ejército de traductores e intérpretes y de que al final todo el mundo habla en inglés, podemos entendernos. O no. Han colgado en el Berlaymont un cartelón con un scrabble con los idiomas oficiales en la casa, y creo que se celebra algo del Día Europeo o no sé qué, y el Eurodiputado que hay de Eusko Alkartasuna acaba de aprovechar para quejarse y ver si puede liar más la cosa.

Esto es lo que en ciencia política se llama "path dependency", es decir, que las decisiones que tomaste en un momento dado y en unas circunstancias dadas te condicionan para los restos, para bien o para mal. Cuando San Schuman (lo celebramos el 9 de mayo) juntó a los amiguetes para crear la CECA, hablaban cuatro idiomas: francés, muy fino; alemán, socio ex-aequo hasta hace poco; italiano, imprescindible porque los italianos no estaban para pedirles muchos idiomas, y neerlandés, que aunque no hacía falta, no vas a dejarlo fuera. Así los lavabos del demolido edificio de la Rue de la Joyeuse Entrée (al ladito del cogollo) tenían los carteles en cuatro idiomas. El inglés, por cierto, ni estaba ni se le esperaba. Al mismo tiempo, se había creado el Consejo de Europa, donde de primeras entraba todo cristo viviente y por supuesto las lenguas se limitaron al inglés y al francés, y así sigue. Mientras tanto, la Comunidad Económica Europea nació y creció en bondad, sabiduría y gente, y conforme entraban nuevos Estados Miembros, pues había que ampliar la lista de lenguas, la nómina del personal traductor-intérprete y los derechos sindicales de tan ilustre cuerpo.

Así, llegamos a los años 90 con un chorro de idiomas: diez. Los irlandeses, prácticos y modosos ellos como siempre han sido, declinan que el irlandés-gaélico sea idioma oficial, lo cual todo el mundo agradece. Una boca menos que alimentar. El protocolo no escrito bruselense es curioso: En la calle se habla francés, y con el personal de mantenimiento, los camareros de las cafeterías, los seguratas, etc. se habla francés también. Idem con los compañeros de pasillo. Pero cuando nos sentamos a una reunión, la reunión se hace en inglés. A veces en francés también. Los documentos son en inglés, francés y alemán, lenguas de trabajo, y a veces te encuentras un documento en alemán y te quedas un poco a cuadros, salvo unidades muy germanizadas. Los funcionarios franceses son mal mirados por su Gobierno si no usan el francés. La grandeur. El español y el italiano también se usan en prensa. En el Parlamento Europeo y demás, el equipo mínimo de intérpretes es inglés-francés-alemán. Okey.

Claro que llega 2004 y se apuntan diez nuevos Estados Miembros, cada uno de su padre y de su madre y con idiomas la mar de raros que sólo hablan ellos mismos: polaco, esloveno (¿existía eso?), checo y eslovaco (¿ah pero eran diferentes?), húngaro (Dios mío), estonio, letonio, lituano, Chipre nos ahorra el turco porque los turcochipriotas quedan de momento fuera... y ¡maltés!

Los irlandeses se quedan con cara de tontos y piensan: "Vamos a ver, nosotros, por no dar problemas, como ya tenemos inglés pasamos de dar la lata con el irlandés, ¿y ahora vienen estos que son menos de medio millón y además hablan todos inglés, y nos meten ese idioma?". Comprensible el cabreo. Además, entre catalanes, valencianos y baleares hay son como diez veces más, y en Europa no se habla ni catalán, ni valenciano, ni res de res. Eso sí, el Eurodiputado gallego en la legislatura anterior hablaba en portugués para no usar castellano. Cosa que también tiene su aquél, no crean. Como Franco hacía con Salazar pero a la inversa...

A todo esto, mientras tanto los idiomas procrean como los gremlins y también tenemos rumano y búlgaro, lo que hace que nos juntemos ya con tres alfabetos. Los teclados multilingües del infocentre del Parlamento Europeo van a tres signos por tecla, sin contar eñes y similares engendros vernáculos. El protocolo bruselense ha cambiado en cinco años, y ya todos hablamos inglés en todas partes aunque seguimos aprendiendo francés para la vida social. Pero oír francés en una tribuna pública es raro, raro.

Total que en esas tenemos cuando el Eurodiputado vasco se rebota diciendo que "oigan, deberíamos hablar vasco y deberíamos hablar de todo pues". Pos vale. Yo no estoy de acuerdo, porque esto es un lío y no sirve para nada. A veces, las cabinas están llenas y ves intérpretes callados (y cobrando por supuesto) porque nadie de su nacionalidad les escucha. ¿Que el ciudadano tiene derecho? Por supuesto. ¿Que tengamos que llevar la norma al extremo? No me hago a la idea. Y conste que tampoco me gusta la contestación que dio el diario El Mundo, que parece que no se da por aludido con los hechos diferenciales y critica a los nacionalistas por sistema.

Total, que todos estamos de acuerdo en que esto no hay quien lo arregle. Y que además, por mucho que digan los territorios con lenguas cooficiales, aunque no forniquemos todos, nadie va a tirar a la fulana al río.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Estoy yo para entrar a trabajar para algún campo de la Unión Europea...

Me gusta la manera detallada y argumentada en la que cuentas la historia, se aprende mejor y además, pasas un buen ratillo.

Un abrazo.

Alfonso dijo...

Nada nada, en un año se pone uno las pilas. Pero es verdad que los españoles andamos fatal en esto de los idiomas. A la cola, pero al final.

Gracias por leer este tocho. En adelante no haré posts tan largos.

Anónimo dijo...

parece que no solo en España es la gente tan imbecil en el tema de los idomas.....

y luego dicen que las lenguas son para entenderse xD

o para segun que cosas de índole sexuarl!!


en Agosto me tendrás por alli muchaaaaacho! xD

Anónimo dijo...

Viva las coles de Bruselas!!!.
Frente Popular Vegeta de Judea resiste!!!. Desde el caciquismo y el totalitarismo cultural, político y social aún quedamos murcianos que luchan por la victoria. hasta la victoria siempre. salud y revolución social.

Alfonso dijo...

Qué disparate.

Lean el post de la crisis financiera que me ha quedado muy bien y los comentarios son de lo más instructivo.

¡Gora San Andrés askatuta!