lunes, 6 de octubre de 2008

El cementerio de los vencidos

Bélgica ha sido suelo de las guerras en Europa. Sin duda, el peor suelo posible porque, desde luego, para organizar una guerra no hay peor sitio imaginable donde venirse a hacerla: el peor terreno para matarse y el tiempo más asqueroso. Pero la cosa es que el suelo de Flandes ha sido campo de batalla siempre, y así está lleno de recuerdos bélicos, y de gente que dejó sus huesos aquí.

Una de las visitas más impresionantes e ilustrativas es la de los escenarios de la Primera Guerra Mundial, alrededor de Ypres. Cuatro batallas, las de Ypres, que en realidad sólo fueron una inmensa carnicería con cientos de miles de víctimas entre el barro, la metralla, el gas y el alambre de espino. Hay multitud de cementerios británicos, donde en las lápidas se puede ver el horror de la generación que murió en una guerra estúpida, y donde se puede ver la memoria viva de los pueblos de la Commonwealth que aún recuerdan y honran a sus muertos. Honrando a sus caídos igual que España, igualito.


Sin embargo, entre monumentos, cementerios y sitios conmemorativos, Alemania tiene un cementerio. Sólo uno. Su cementerio. Ahí reposan los que perdieron la guerra. El lugar es Vladslo, un pueblo de cuatro calles cerca de Diksmuide donde a los propios habitantes les cuesta indicar dónde para el cementerio. Flandes profundo. por eso pongo un mapa.


Ver mapa más grande
Es donde pone "Praatbos"
(no me pidan más dominio de la tecnología que bastante lío es ya poner el mapita)


Visité el cementerio alemán hace tiempo, y recientemente he vuelto por allí porque merece la pena. Muchos alemanes murieron en aquella guerra, jóvenes, como los otros. Gente que no tuvo más opción que dejar su vida en aquella industria mortal que llamaban aún "campo del honor". Perdieron la guerra, ¿y ahora qué?

Lo interesante es ver el "ahora qué", porque ante la Historia no se pueden dejar banderas del vencido, ni monolitos, ni fanfarrias. Hemos perdido, chicos. Sólo queda eso, el dolor. Dolor, soledad y muerte.

Pasado un siglo casi, y cerradas las heridas, parece que los muertos del bando vencedor son menos auténticos precisamente porque están envueltos en la parafernalia de la victoria. Al que está en el hoyo le hacen maldita la gracia las banderas, la Unión Jack y la madre que parió a las patrias y a quienes las inventaron. Por eso, cuando vas al camposanto alemán, sobrecoge el saber que entras a un sitio sin patrias, sin banderas y sin desfiles. Sólo con el dolor y el recuerdo, cara a cara.

Yacen en Vladslo veinticinco mil muchachos, concentrados a razón de muchos por lápida. Al parecer fue el primer cementerio de una de las primeras batallas, y luego a los alemanes no se les dejó hacer más, por lo que tienen más o menos una quinta parte de los caídos en ese frente. Son muchos, aunque me puedo equivocar con las cifras.

La entrada ya sobrecoge. Sólo puede pasar una persona a la vez.
Nada de monumentalidad

Hileras de lápidas horizontales, y mucha tranquilidad

Nombres. Muchos soldados, con nombre y desconocidos, en tan poco espacio

Presiden el cementerio las estatuas de dos padres, velando para siempre por los que se quedaron. La escultora trabajó para su hijo, que ya estaba enterrado en este mismo cementerio

Primer plano de la madre

El padre. El dolor de quien ha llorado todo lo que tenía que llorar y ya no espera nada más de la vida

Este cementerio respeta el derecho de Alemania, el país que no ganó la guerra, a llorar a sus muertos. Es interesante porque también tuvo su historia, ya que la opción no estuvo exenta de polémica. Durante la época nazi, se criticó por la muestra de debilidad nacional ante la derrota, pero sobrevivió.

Este sitio es un legado para las generaciones futuras. Hay veces que las frases hechas cobran todo su significado y ésta es una de ellas: Quien desconoce la Historia, está condenado a repetirla.

Por supuesto este post va por mi amigo y mentor bloguero MM

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias por la dedicatoria y más con este post ke me he dejado anodado y nokeado a la par ke flaseado.
De la Segunda guerra mundial mediomedio, pero de la "Gran guerra" ¿ Se acuerda alguien?
¿ Sirvió de algo? Tantos muertos, tan crueldad...
Y pobre Bélgica; siempre se ha comido todos los platos ke los demás países europeos rechazaban. Y lo ke le keda.

Alfonso dijo...

Epatado, el resumen de esas palabras es epatado...

Anónimo dijo...

Pues sí, la verdad es q los cementerios alemanes, tanto de la primera como de la segunda, tienen un aura especial, distinto. Incluso alguien q no sepa nada de estas guerras podría decir quien ganó y quien perdió simplemente viendo los cementerios.
En cuanto a lo de honrar y recordar a los muertos, me viene a la mente el homenaje aquel que nos encontramos el día que subías al tren Toyes - Paris. Seguro q te acuerdas. Algo que tristemente se nunca veré en mi país.
En fin, creo q los cementerios dicen mucho de como cada país honra a sus muertos, así q el hecho de q la mayoría de los cementerios españoles sean objetivamente feos y estén, permítaseme la expresión, "superpoblados" no habla muy bien de nosotros.

Anónimo dijo...

Hola otra vez, Alfonso (soy Pablo). Mi padre estuve 35 años el el ejército belga, artilería (igual a los de Segovia). Viví una decena de años en Alemania, de primero "hijo de militar" en los años 1950, después trabajando alli pasado 1995. Hablo diariamente francés, con mi mujer.
Visité el vagon de ferrocarril y los monumentos franceses (y aliados) en Compiègne. Me dan asco profundo los textos de los monumentos franceses: odio profundo a los alemanes, tratandoles come unicos responsables de esa guerra...
Ya se ve, por alli, la sembrada de la segunda guerra.
Ajala que sea, nuestro pais, ...EUROPA...

Alfonso dijo...

Efectivamente, está claro que el revanchismo fue la raíz de la II Guerra Mundial, revanchismo comprensible dado el uso y el abuso que se hacía de la propaganda, y la miopía de los viejos políticos franceses que dictaron el Tratado de Versalles.

Pablo, lo de Segovia... aparte del acueducto, el alcázar y los cochinillos, no sé lo que es.

Por eso mismo, el mensaje de destrucción de la Gran Guerra lo da el cementerio alemán, porque es el dolor desnudo de banderas, de glorias y de cosas que a los muertos, y a los padres de los muertos, les importan poco.

Y como dijo alguno de los padres de Europa, "cualquier guerra entre europeos es una guerra civil".

Charlotte Harris dijo...

Cuando yo visite el Campo de Concentración de Breendock, en un pueblo cercano a Mechelen/Malinas, me quede bastante horrorizada, la verdad!
Saludos

Alfonso dijo...

Es muy interesante lo de Breendonk, no lo conocía y merece una visita. Yo visité el campo de trabajo de Sachsenhausen, cerca de Berlín, y nos quedamos sin habla durante un par de horas. Impresionante que la humanidad llegue a donde ha llegado.

Son lógicas diferentes. La Primera Guerra Mundial es el horror de la Revolución Industrial llevado al frente, y el horror de haber perdido una generación entera en las trincheras.

peter cock dijo...

Sobrecogedor.
Increíble.
Y tristemente se repetirá. Seguiremos comentiendo los mismos errores, una y otra vez.
Y seguiremos pagando los mismos...