jueves, 2 de octubre de 2008

Au revoir, lieber Professor

Adiós a Robert Picht. Profesor del Colegio de Europa, europeísta apasionado, sociólogo erudito, afable maestro, y melómano empedernido. Fue mi rector, mentor de nuestra promoción en Brujas y mi vecino de residencia durante un año (de ahí que pueda afirmar lo de melómano). Discípulo de Pierre Bourdieu, era el más francés de los alemanes que he conocido. La impresión que siempre me dio es que era un profesor que disfrutaba de su trabajo porque ante todo él mismo sentía curiosidad por aprender de sus estudiantes.

Aquel día vino a vernos Ciampi, Presidente de la República Italiana.
Los alumnos, siempre gamberros, nos quedamos con esta foto. (c) ¿Catalano?


El actual Rector, Paul Demarret, acaba de comunicarnos su fallecimiento. Alguien comentaba que no estaba bien de salud recientemente, pero Picht ha seguido al pie del cañón hasta el final. No es para menos: su vida era la docencia, especialmente en Brujas y en Natolin, y él dio vida a su Departamento y al propio Colegio de Europa. Los EGI que él dirigía, estudios generales interdisciplinarios, eran el desafío de meterse a estudiar lo que a uno le apetecía sin dar cuentas a nadie: Historia de Europa, geografía de nosecuantos, que si el islam, ahora las identidades, el Mediterráneo... supongo que estaría en su salsa dirigiendo ese Camelot académico.

Cuando llegamos a Brujas, en 2002, daba la impresión de que era el tipo que debía estar donde estaba, de Rector de Brujas (aunque ad interim). Siguió varios años de Vicerrector de Natolin. Fue bastante popular, y transmitía que estabas en un lugar donde se construia eso que se llamaba Europa.

Claro que no todo eran alegrías en la vida de Picht. Supongo que se extrañaría de los pocos alumnos que se animaban a matricularse en sus cursos y aguantar sus tostones. Madre mía, qué soporífero... pero creo que era parte de su encanto. En la distancia corta era encantador, e intelectualmente era alguien con el que te sentarías en un sillón delante del fuego con un bourbon con hielo, para hablar y hablar de lo humano y lo divino.

Vivimos con la impresión de estar construyendo una Europa gris, hecha con los mínimos comunes denominadores de los países que la forman. Picht no. Robert Picht era uno de los tipos que creían que Europa era no sólo sumar, sino ir más lejos que la suma de lo mejor de cada pueblo. Somos cuatrocientos y pico millones de europeos. Ahora se ha ido uno que valía mucho.

2 comentarios:

Jessica I.C dijo...

Un gran saludo desde esa pequeña región española, con huertecica bonica!

JeSSi

Alfonso dijo...

Gracias, me hace mucha ilusión que me leas. Aunque es una pena que sea un post tan triste como este.

Besitos desde Bruselas